Reseña de libros

ANALISIS LITERARIO DE TOKIO BLUES


ARGUMENTO
Toru Watanabe, un ejecutivo japonés que, mientras su avión aterriza en Hamburgo, se siente de repente trastornado al escuchar el tema “Norwegian Wood” de Los Beatles. Esta canción le hacer retroceder en el tiempo (18 años) a sus primeros años en la universidad, cuando empieza una relación con Naoko, la antigua novia de su mejor amigo, quien se había suicidado años antes. Pronto la relación que comienzan Watanabe y Naoko se vuelve imposible por los problemas psicológicos que sufre Naoko. Watanabe, confundido entre el amor hacia Naoko y la atracción que siente hacia Midori, una compañera de clase vital y enérgica, intenta desenredar y analizar sus emociones, pero lo que sucede a su alrededor supera todas sus estrategias de defensa.
PERSONAJES
TORU WATANABE: Estudiante de Arte Dramático – protagonista de la novela.
NAOKO: Novia de Kizuki amigo de Watanabe.
MIDORI: Amiga de Watanabe y compañera de la Universidad.
KIZUKI: Amigo de Watanabe y novio de Naoko
REIKO: Profesora de música y amiga de Naoko
NAGASAWA: Estudiante de derecho compañero de Watanabe
HATSUMI: Novia de Nagasawa
ITO: Camarero Restaurante Italiano, amigo de Watanabe
ANALISIS
Esta novela, vivió un éxito sin precedentes desde su publicación, y fue etiquetada como novela generacional de la juventud japonesa, convirtiéndose en una novela de culto y de lectura ineludible.
Foto de TitoRo (Flickr)
Tokio Blues atrapa con fuerza desde el primer momento. La trama recuerda una historia de amor adolescente; el estilo es antirretórico, a veces frío y distante; y la estructura es convencional. Un narrador recuerda, estimulado por una canción de los Beatles, la historia de amor que vivió en la juventud. Y, sin embargo, el lector no puede dejar de leer y de emocionarse con la lectura.
Tal vez sea, en primer lugar, porque la materia prima de la novela es mucho más que la historia de transformación que sirve de pretexto al hilo argumental, y el lector según avanza en la lectura comprende que la pequeña y trágica historia de amor de Tokio blues remite a todas esas obras que han mirado hasta lo más hondo del amor y del deseo y de la muerte. Los personajes de la novela son tan extraños como interesantes (¿Será mera casualidad que los personajes sean estudiantes de teatro, y que muestren especial predilección por Esquilo y Eurípides?).
Muy unido a la angustia vital, aparece siempre presente el tema del suicidio. Tanto Watanabe como Naoko y Midori, están marcados por la muerte de un ser querido, y deben encontrar la forma de seguir con sus vidas a pesar de ello. Este hecho tendrá un gran peso sobre las decisiones de cada personaje y la forma en que cada uno se enfrenta a la vida.
Quizá, por encima de la historia trágica de la novela, por encima del estilo frío del narrador que observa con distancia lo vivido, el secreto de la turbación que produce la lectura de Tokio blues resida, como decíamos, en ese archivo y clasificación minuciosa de todo lo que acompaña al recuerdo. Y es ahí donde debemos buscar las razones de su éxito y, seguramente, el motivo por el cual podemos adscribirla a ese conjunto heterogéneo de novelas generacionales del que hablábamos al principio: no porque hable de una generación en particular, sino porque habla del cambio doloroso de la adolescencia a la madurez. Tokio blues pone de manifiesto, de una manera tan elegante como terrible, que la adolescencia nos enseña de manera contundente que el descubrimiento del deseo y del amor y de la muerte nos hace sentir la fragilidad de los días y los cuerpos y, por esa misma razón, vivir con más intensidad.
Como detalle curioso, la novela esta repleta de guiños hacia los amantes de la literatura contemporánea, a través de los libros que lee Watanabe durante el transcurso de la historia, que van desde “El gran Gatsby” de Scott Fitzgerald, hasta “La montaña mágica” de Thomas Mann. Este juego queda especialmente patente cuando, en uno de los pasajes del libro, Watanabe acude a una visita en un sanatorio perdido en las montañas y lleva consigo un libro para leer durante el viaje. Lo gracioso del tema es que el libro elegido, “La montaña mágica”, trata precisamente sobre la estancia de su protagonista principal en un sanatorio de los Alpes suizos al que inicialmente había llegado tan solo como visitante. Por supuesto este detalle no se menciona, sino que únicamente el lector aficionado a la literatura, que conozca la obra de Mann, será capaz de apreciar el paralelismo.

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