Comentario sobre el libro: "Yo Robot"




Cuando el  hombre se desconcierta y se vence a sí mismo

En esta breve y sustanciosa selección de relatos, se compila lo mejor de la obra de Isaac Asimov. Con este  libro, el  lector neófito se acerca suavemente a la complejísima concepción del universo del autor
Cada cuento,  es una pieza más sumada  al  completo  universo a partir del cual se desarrolla, imparable, la historia de los robots.
La narración, se va tejiendo en torno a la entrevista que le hace un periodista a la prestigiosa robo psicóloga  Susan Calvin. Ella irá guiando al lector, por medio de anécdotas donde abundan las paradojas, en la historia de los robots imaginados por el autor y su relación con los hombres.
Se trata  de la más compleja y asombrosa creación del hombre. Unos androides con cerebro “positrónico”;  los cuales  han evolucionado, a tal punto, que consiguen, comportarse de manera inesperada y plantear paradojas complicadas a sus creadores.
Esta situación que podría ser bastante predecible desde el punto de vista narrativo, se convierte, en manos del hábil escritor, en un delicioso problema intelectual donde el que lee se ve desafiado por los hechos y no puede evitar intentar resolver eficazmente los difíciles acertijos que se plantean en cada situación.
Basta con observar detenidamente las tres contundentes leyes de la robótica  propuestas por el escritor para entender las razones que motivan ciertos comportamientos en los dóciles autómatas porque por mucho que falle su sistema un robot no puede nunca,  dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.
Esta ley que prevalece en todos o casi todos los robots, condiciona cada una de sus acciones. Es la más importante de las tres leyes que están impresas como un sello de fuego en las características de los robots.
 Para evitar  hacerle  daño a un ser humano,  un robot puede mentir, incluso fingir pequeños fallos en el proceso de producción.

Igualmente en la preservación de la tercera ley: Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no esté en conflicto con la primera o segunda Leyes, los circuitos que componen el cerebro positrónico del dispositivo, son capaces de crear situaciones como acciones que se repiten una y otra vez sin que lleguen a resolverse.

Cuando  Speedy se queda preso de esta circunstancia en una misión que por una parte beneficia a los humanos pero que en un punto  se convierten en riesgosa  para el mecanismo robótico, se dispara la tercera ley; entonces se plantea un problema que los expertos  resuelven finalmente, consiguiendo hacer que el incumplimiento de la primera ley se haga inminente.

Todas las narraciones van mostrando situaciones por resolver en casos a veces muy peligrosos. Momentos de tensión que se resuelven de forma inteligente y donde el lector no se siente  menospreciado.

Estamos ante una maravillosa secuencia de historias, donde también se retrata el futuro imaginado por el autor; donde el universo está controlado más no dominado por las máquinas y, contra todo pronóstico apocalíptico, mantiene su equilibrio .




"Hoy ya  no puede considerarse la ciencia ficción como algo para tomar a broma"
Isaac Asimov

                                                                                                                                           








                                                                                                                                           






Isaac Asimov
¿Un visionario, un Julio Verne del siglo XX?

Al  leer a Asimov,  aunque sea en el amanecer del siglo 21, es inevitable sorprenderse ante  su acertadísima y lúcida visión del futuro.
Habiendo nacido en un hogar judío de la antigua rusia, emigró a temprana edad a los Estados Unidos; donde realizó sus estudios de bioquímica, ciencias,  artes y filosofía.
En el negocio familiar, una dulcería que vendía, además pequeños textos de ciencia ficción, el precoz Isaac,  bebió las fuentes de la que sería su mayor obra literaria.
Como escritor de ciencia ficción abordó el tema de la robótica y el desarrollo tecnológico desde una perspectiva inédita. La sociología de la robótica,  a partir de la cual planteó  los tres mandamientos de esta nueva ciencia:
  
1.    Un robot no puede hacer daño a un ser humano, o, por medio de la inacción, permitir que un ser humano sea lesionado.
2.    Un robot debe obedecer las órdenes recibidas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3.    Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no sea incompatible con la Primera o la Segunda Ley.
Fundamentos que rigen el, cada vez más posible, mundo futuro, comandado por la mayor creación del hombre: Los robots.
Aunque el prolífico autor escribió prácticamente sobre todo, la Ciencia ficción es, sin duda, donde desarrolló al máximo  su ingenio literario.
A esta etapa pertenecen los siguientes títulos:
Yo, Robot (1950)
Un guijarro en el cielo (1950)
En la arena estelar  (1951)
Fundación (1951)
Fundación e Imperio (1952)
Las corrientes del espacio (1952)
Serie de novelas de Lucky Starr (1952-1958, escritas con el seudónimo de Paul French)
Segunda Fundación (1953)
Las bóvedas de acero (1954)
El fin de la eternidad (1955)
El sol desnudo (1957)
Viaje Alucinante (1966)
Los propios dioses (1972)
El hombre bicentenario y otras historias (1976)
Cambio! 71 visiones del futuro (1981)
Los límites de la Fundación (1982)
Los robots del amanecer (1983)
Robots e Imperio (1985)
Fundación y Tierra (1986)
Sueños de Robot (1986)
Viaje Alucinante 2: Destino cerebro (1987)
Preludio a la Fundación (1988)
Némesis (1989)
Cuentos completos I (1990)
Anochecer (1990) (con Robert Silverberg)
Visiones de Robot (1991)
Cuentos completos II (1992)
Hacia la Fundación (1993) (póstuma)
También escribió temas de divulgación científica donde dejó patente su inteligente percepción de la ciencia como un medio y no como un fin del hombre.
Aún le quedó tiempo para la divulgación histórica, la ciencia y hasta novelas de misterio; en fin no existe tema que no le haya interesado y sobre el que no haya escrito.
Su personalidad polifacética y muy interesante le ha acarreado millones y millones de adeptos que  pululan en internet.

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