Variado menú en la última Mostra de Cine y Vídeo Indígena 
El pasado nueve de Mayo, finalizó la III Mostra Itinerante de cinema i Vídeo indígena (título original en Valenciano), convocada por la  organización ACSUD, Las Segovias, y que se presentó en las tres capitales de provincia de la Comunidad valenciana.

Durante cinco  días de coloquios y sobretodo, muchos vídeos, en su mayoría realizados por indígenas de Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Perú y Salvador, se proyectaron documentales, animaciones y  experimentos de vídeo arte, que revelaron algunas de las leyendas y tradiciones aborígenes, como en el caso de la animación chilena: “Elal y los animales” donde se aborda la cosmogonía del pueblo Aonikenk (Tehuelche). La realizadora, Ana María Pávez, desarrolla el mito sobre el origen de la tierra, el mar, los astros, el viento, los animales y las plantas según estos indígenas del sur de la Patagonia.
Niños y niñas de la selva de Mosetén, en Bolivia, protagonizan una ficción que recrea mitos y leyendas en el vídeo: “Itsiki Tshiij/Tigre de fuego” y hacen un llamado a la conservación de estas selvas todavía vírgenes en Suramércia.
Brasil relata con una animación, la leyenda de Tainá-Kan, del pueblo Karajá, en el vídeo que lleva el mismo nombre y en el que participan los pueblos indígenas: Povo Karajá (Karajá-Karajá) - Ilha do Bananal, Tocatins, y Mato Grosso, la leyenda dice que la gran estrella, Tainá-Kan baja a la tierra por amor y construye una familia, para luego regresar al cielo y formar la constelación de Pléiades.

La nostalgia del tiempo pasado
En otra línea, la docuficción “La Muerte del sueño antiguo”, del director mejicano Mariano Estrada, se vale del testimonio de uno de los hombres más ancianos de la comunidad, para reconstruir ese mundo silvestre y lleno de colores del cual hoy sólo existen pequeños rastros, invitando al espectador a meditar sobre el mundo en el que vive. Un mundo monocromo y sobrecalentado, víctima de la depredación humana. Otro tipo de nostalgia, retrata el vídeo “Depois do ovo a Guerra (Después del huevo, la guerra) la producción del Brasil en la que participan niños del Pueblo Indígena Panará y con grandes dotes histriónicas, dan un testimonio impresionante de cómo la época de la guerra pasada, sigue viviendo en su imaginación

Nuevas visiones
Durante la muestra, también hubo espacio para el vídeo experimental, de manos del chileno Francisco Huichaqueo. Su obra,  una fábula que representa, según las propias palabras del realizador, “el amor y el desamor entre los chilenos y los mapuches”, Che ñum - Gente Pájaro es un llamado a  estas dos culturas que han compartido territorio y gobierno durante años, para que convivan en paz.

¿Cómo vives?
Muy refrescante la presencia de otras temáticas en los vídeos presentados que como “El Tanque” de Guatemala, acercan al espectador a las vivencias de un grupo de mujeres que acuden a un baño público para lavar la ropa, cómo se relacionan y de qué hablan.  
 
El Mismo mensaje: Salvemos la tierra
En el marco de la Mostra, se llevaron a cabo coloquios con realizadores y representantes de agrupaciones indígenas de los países participantes. Los temas giraron en torno a la problemática actual de las comunidades indígenas y campesinas en países que están siendo blanco de los intereses económicos de empresas multinacionales; intereses que en ocasiones, vulneran los derechos de estas poblaciones.
En la mayoría de los documentales proyectados, el factor común era la denuncia de estas situaciones; incluso en casos como el de la producción peruana, “¿A caso comemos plata? Que va dirigido a los indígenas, se hace una simple reflexión a partir de lo que tienen estos pueblos, agricultura y pesca y lo que pretenden comprarles con dinero las grandes empresas.
Al igual que con la animación “Energía que limpia”, de Méjico, los realizadores  Roberto Olivares y Sergio Julián Alfredo Ataca llaman a la comunidad, esta vez, a investigar qué consecuencias puede tener un megaproyecto ecológico en su comunidad, porque no todo lo verde es oro.
La representación de Colombia, por su parte, recayó en el  documental “En  el nombre del progreso” donde se pone de manifiesto la desprotección en la que viven varios poblados que por su situación geográfica están siendo invadidos y desplazados por los grandes proyectos hidroeléctricos y mineros. Esto con un altísimo coste en desgaste de recursos naturales no renovables.
Guatemala y Ecuador, se unieron para producir “Extrayendo vida. Resistencias indígenas a la minería” donde además de la denuncia a las intervenciones en territorios protegidos, se muestra cómo los afectados se han ido organizando para ofrecer una sólida resistencia a estas intervenciones.
El título “Tóxico Texaco Tóxico” parece decirlo todo. Desde Ecuador, los pueblos Tetetes y Sansahuaris, muestran las nefastas huellas que el gigante Texaco ha dejado tras de sí en su paso por la selva amazónica donde más de  600 mil barriles de desechos tóxicos fueron abandonados, contaminando el agua que usan los nativos para regar sus cultivos y también los ríos.
La anfitriona ACSUD, junto al realizador Carlos Álvarez zambelli, envía un mensaje claro en los  4 minutos de animación: “La tierra es nuestra” , agregaría la palabra responsabilidad; la tierra es nuestra responsabilidad porque aunque no lo veamos en el mundo desarrollado, el otro lado, el de las materias primas y los recursos naturales, se está agotando y tarde o temprano nos tocará verlo.

Morir en el intento
Las denuncias visuales en torno a masacres históricas y acalladas, hicieron presencia en esta Mostra con la producción boliviana “Masacre en Porvenir Pando”, un escalofriante relato sobre el asesinato y desaparición de más de 50 personas que no eran simpatizantes de la extrema derecha en Bolivia, el 10 de septiembre de 2008, de la misma manera que El Salvador en “1932 La negación indígena”,  relata en primera persona y gracias a la colaboración de sobrevivientes de las Comunidades Indígenas Nahuat Pipil Izalco, Santiago Texacuangos y Nahuizalco, los hechos acaecidos durante el levantamiento campesino de aquel año, cuando el presidente en funciones Maximiliano Hernández Martínez,  ordenó su disolución a punta de balas.

Otras reivindicaciones
La Mostra, sirvió para comprender que existen conflictos internos, más discretos que los que generan los grandes proyectos económicos de las multinacionales pero que requieren la atención de la comunidad internacional.
Es interesante el llamado de atención que hace “Mujeres por la unidad”, documental Boliviano, el cual muestra el trabajo de varios grupos de mujeres de diferentes culturas por conseguir la unidad de los nacionales después de que algunos acontecimientos sociales han provocado una ruda división entre oriente y occidente. O “Vestidos y Polleras”, otra producción del mismo país que retrata a una madre Aymara, quien decide, por el bien de su hija, vestirla como una mujer de la ciudad pues es consciente de que al mantener la tradición en el vestuario la expondría a la discriminación. Así, se dibuja la realidad de muchas personas indígenas o no que deben ocultar sus tradiciones, no porque no se sientan identificadas con ellas sino porque hacerlas visibles las condenaría a la segregación.
En fin, un variado menú que además de enviar un mensaje preocupante sobre la situación de la tierra y de las comunidades más vulnerables al efecto depredador de las multinacionales, empieza a consolidarse en cuanto calidad apostando por la capacidad de producción cinematográfica de los indígenas. Es bueno saber que existen más recursos para poder difundir un llamado de auxilio a ver si con el cine los indígenas logran hacerse oir.

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