REVELACIONES DE UN HAREN
Odalisca, Matisse |
Una mujer marroquí, culta, mundana y a la vez espiritual, que vive conforme a la premisa que le diera su abuela: "Cuando conozcas a un extranjero, debes poner toda tu atención para tratar de entenderle. Cuanto mejor entiendas a un extraño y mejor te conozcas a tí misma, te conocerás más y serás más fuerte".
Aunque como socióloga, profesora universitaria y escritora, Mernissi ha tenido ocasión de relacionarse en muchas ocasiones con la cultura occidental, no consigue acostumbrarse ni entender por qué existe esa morbosa visión del Harén oriental.
En este ensayo medita sobre las diferentes visiones, entre occidente y oriente sobre el mítico Haren, aprovechando la ocasión para revelar una novedosa vista de aquellos espacios que terminaron convirtiéndose en escenarios, más que reales, imaginados por grandes pintores como Delacroix, Picasso o Matisse.
Con fascinante lucidez, la socióloga marroquí, realiza un paralelo entre el harensegún occidente y según oriente, a partir de la observación de las artes pictóricas de ambas culturas, aportando en cada reflexión no solo su visión como intelectual, sino un trozo de su sensibilidad como musulmana y como mujer.
Valiéndose de una prosa amena e inteligente, la escritora contrasta las imagenes orientales del Harén con las de occidente, llamando la atención especialmente en esa condición de "objeto decorativo" con la que se presenta en occidente a las mujeres que habitaban en palacios y cuya única razón de existir era la de satisfacer a su señor.
Rescata a la protagonista de "Las Mil y Una Noches" del limbo de las guapas pero tontas para investirla de ingenio, elocuencia y un increíble potencial intelectual.
Sherezade, una contadora de cuentos que vivió más de mil noches gracias a su inteligencia, pero relegada en esta parte del mundo a la condición de sensual embaucadora, mil veces representada y mil veces injustamente descalificada como mujer bella y a la vez inteligente. Disfrazada, se queja la escritora, con trapos transparentes que dejan ver más de lo que la imaginación podría aguantar, saltando por aquí y por allá hasta la extenuasión para convencer al Rey de que la deje vivir una noche más.
Esa imagen no tiene nada que ver con la de las Sherezades del mundo musulmán. Resulta que, y esta es la gran revelación que nos hace Fatema Mernissi,"en gran cantidad de fábulas orales árabes, las mujeres están a menudo en pie de guerra, son libres y “vuelan”. En el imaginario musulmán las mujeres tienen que ver con el peligro y el harén con la ansiedad masculina. En el arte y la literatura orientales, las mujeres son conscientes de la injusticia del harén, son mujeres activas, saben cabalgar, disparar, son cultas y de difícil sometimiento. El harén es en la cultura musulmana un lugar inseguro, allí se representa la lucha de sexos, se considera que el poder femenino es imposible de controlar".
La marroquí se sorprende al comprobar cómo en el imaginario masculino occidental el intercambio intelectual entre hombres y mujeres puede ser un obstáculo para la relación erótica, al punto que se ha llegado a asociar el calificativo de mujer inteligente con la imagen de fea.
Termina su tesis, con una cortísima y mordaz observación sobre las mujeres occidentales quienes, afirma, tienen en la talla 38 su propio Harén. Una cárcel dorada en la que viven presas de un físico, muchas veces inalcanzable.
Nuestra obsesión por la delgadez nos lleva a doblegarnos ante un régimen dietético que nos distrae de las cosas que son importantes. Mina nuestra auto estima y trastoca nuestros valores convirtiéndonos en aquello que los maestros de la pintura construyeron: Muñecas, adornos estilizados y nada más.
La marroquí se sorprende al comprobar cómo en el imaginario masculino occidental el intercambio intelectual entre hombres y mujeres puede ser un obstáculo para la relación erótica, al punto que se ha llegado a asociar el calificativo de mujer inteligente con la imagen de fea.
Termina su tesis, con una cortísima y mordaz observación sobre las mujeres occidentales quienes, afirma, tienen en la talla 38 su propio Harén. Una cárcel dorada en la que viven presas de un físico, muchas veces inalcanzable.
Nuestra obsesión por la delgadez nos lleva a doblegarnos ante un régimen dietético que nos distrae de las cosas que son importantes. Mina nuestra auto estima y trastoca nuestros valores convirtiéndonos en aquello que los maestros de la pintura construyeron: Muñecas, adornos estilizados y nada más.
2 comentarios:
Tu sipnosis me parece adecuado, pertinente y suave.
Pluca
La sipnosis de El harén de occidente me parece correcto, acertado y algo suave.
Piluca
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