El Extranjero de Albert Camus

1. EL AUTOR Y SU OBRA
Albert Camus nace el 7 de noviembre de 1913 en Mondovi Argelia en una modesta familia de colonos franceses (pieds-noirs) dedicados al cultivo del anacardo en el departamento de Constantina. Su madre, Catalina Sintes era menorquina; analfabeta y con problemas de audición. Su padre, Luden Camus trabajaba en una finca vinícola, cerca de Mondovi, para un comerciante de vinos de Argel, y era de origen alsaciano como otros muchos pieds-noirs que había huido tras la anexión de Alsacia por Alemania tras la Guerra Franco-prusiana. Movilizado durante la Primera guerra mundial, es herido en combate durante la Batalla del Marne y fallece en el hospital de Saint-Brieuc el 17 de octubre de 1914. Hecho que propicia el traslado de la familia a Argel a casa de su abuela materna. De su progenitor, Albert no conocerá más que una fotografía y una significativa anécdota: su señalada repugnancia ante el espectáculo de una ejecución capital. Ubicados en Argel, Camus realiza allí sus estudios, alentado por sus profesores, especialmente Louis Germain en el colegio, de quien guardará un señalado reconocimiento hasta el punto de dedicarle su discurso del Premio Nobel; y también Jean Grenier en el instituto, quien lo introduce en el conocimiento de Nietzsche.
Comenzó a escribir a muy temprana edad: sus primeros textos fueron publicados en la revista Sud en 1932. Tras la obtención del bachillerato obtiene un diploma de estudios superiores en letras, en la sección de filosofía. En 1935 comienza a escribir El revés y el derecho que fue publicado dos años más tarde. En Argel funda el Teatro del Trabajo que en 1937 reemplaza por El Teatro del Equipo. En esos años Albert abandona por discrepancias su apoyo a la autonomía del PC de Argelia del PC francés, el Partido Comunista.
Entra a trabajar en el Diario del Frente Popular, su investigación La miseria de la Kabylia tiene un resonante impacto. En 1940 el Gobierno General de Argelia prohibe la publicación del diario y se las arregla para que Camus ya no encuentre trabajo. Camus se muda entonces a París y trabaja como secretario de redacción en el diario Paris-Soir. En 1943 es lector para Gallimard, importante casa editorial parisina, y toma la dirección de Combate cuando Pascal Pia es llamado a ocupar otras funciones en la Resistencia contra los alemanes.
El anarquista Andre Prudhommeaux lo introdujo por primera vez al movimiento libertario en una reunión en 1948 del Círculo de los Estudiantes Anarquistas, como un simpatizante que ya estaba familiarizado con el pensamiento anarquista.1 Camus pasó a escribir para publicaciones anarquistas, siendo articulista de Le Libertaire (precursor inmediato de Le Monde libertaire), Le révolutíon proletarienne y Solidaridad Obrera (de la CNT). Camus también junto a los anarquistas, cuando expresó su apoyo a la revuelta de 1953 en Alemania Oriental. Estuvo apoyando a los anarquistas en 1956, primero con el levantamiento de los trabajadores en Poznan, Polonia, y luego más adelante en la Revolución húngara. Fue miembro de la Fédération Anarchiste.
Su ruptura con 3ean-Paul Sartre tiene lugar en 1952 tras la publicación en Les Temps Modernes del artículo que éste encargó a Francis Jeanson, donde reprochaba a Camus que su rebeldía era "deliberadamente estética". En 1956, en Argel, lanza su "Llamada a la tregua civil", mientras que afuera se lanzaban a gritos amenazas de muerte.
La pareja sentimental más conocida de Albert Camus fue María Casares, "la gran dama del teatro francés", que era hija de Casares Quiroga, Ministro y 3efe de Gobierno de la Segunda República Española durante el gobierno de Manuel Azaña.
Parece ser que en las disputas entre Camus y Sartre tuvo mucho que ver la mujer de éste último, Simone de Beauvoir, a cuyas insinuaciones sexuales no habría atendido. Desde entonces, la escritora, que no admitía un no, guardó hacia Camus un indiscreto rencor.
Existen corrientes de opinión que afirman que esta ruptura nunca tuvo lugar realmente. La confusión entre las cartas a Sartre enviadas en la década del 1932 al 1954 fue el indicador de que Camus denegaba su influencia achacándola de 'malinterpretaciones intencionadas'. Futuras indagaciones ponen en duda la autoría real de dichas cartas.
Al margen de las corrientes filosóficas, Camus elaboró una reflexión sobre la condición humana. Rechazando la formulación de un acto de fe en Dios, en la historia o en la razón, se opuso simultáneamente al cristianismo, al marxismo y al existencialismo. No dejó de luchar contra todas las ideologías y las abstracciones que alejan al hombre de lo humano. Lo define la Filosofía del absurdo, además de haber sido un convencido anarquista, dedicando parte importante de su libro "El hombre rebelde" a exponer, cuestionar y filosofar sobre su propia tendencia política y demostrar lo destructivo de toda ideología que proponga un fin de la historia.
Camus murió el 4 de enero de 1960, en un accidente de coche cerca de Le Petit-Villeblevin, lo cual para muchos resulta una muerte irónica, pues él, días antes de su accidente había dicho "No conozco nada más idiota que morir en un accidente de automóvil". Entre los papeles que se le encontraron había un manuscrito inconcluso, El primer hombre, de fuerte contenido autobiográfico y gran belleza. Fue enterrado en Lourmarin, pueblo del sur de Francia donde había comprado una casa.
En 1957 se le concedió el Premio Nobel de Literatura. La novela La caída había sido publicada el año anterior, pero el comité Nobel citó sus escritos en contra de la guillotina.
LIBROS Novelas y relatos
• Bodas (1939)
• El extranjero (1942)
• La peste (1947)
• La caída (1956)
Obras teatrales
• Calígula (1944)
• El malentendido (1944)
• Estado de sitio (1948)
• Los justos (1950)
Ensayos
• El mito de Sísifo (1942)
• Cartas a un amigo alemán (1948)
• El hombre rebelde (1951)
El primer hombre (inconcluso, publicado por su hija en 1994)
El mito de Sísifo
Un extenso ensayo originalmente publicado en francés en 1942 como Le Mythe de Sisyphe. El ensayo se abre con la siguiente cita de Píndaro:
No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, sino que apura el recurso hacedero.
El título del ensayo proviene de un atribulado personaje de la mitología griega. En él, Camus discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida, presentando el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre moderno, que consume su vida en fábricas y oficinas sórdidas y deshumanizadas.
De esta forma plantea la filosofía del absurdo, que mantiene que nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de lo que creamos. Siendo el mundo tan fútil, Camus pregunta, ¿qué alternativa hay al suicidio? El ensayo se inicia: No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.
Sísifo, dentro de la mitología griega, como Prometeo, hizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, y así indefinidamente.
Camus desarrolla la idea del "hombre absurdo", o con una "sensibilidad absurda". Es aquél que se muestra perpetuamente consciente de la completa inutilidad de su vida. Ésta, afirma, es la única alternativa aceptable al injustificable salto de fe que constituye la base de todas las religiones (e incluso del existencialismo, que por tanto Camus no aceptaba completamente). Aprovechándose de numerosas fuentes filosóficas y literarias, y particularmente de Dostoievski, Camus describe el progreso histórico de la conciencia del absurdo y concluye que Sísifo es el héroe absurdo definitivo.
En su ensayo, Camus afirma que Sísifo experimenta la libertad durante un breve instante, cuando ha terminado de empujar el peñasco y aún no tiene que comenzar de nuevo abajo. En ese punto, Camus sentía que Sísifo, a pesar de ser ciego, sabía que las vistas del paisaje estaban ahí y debía haberlo encontrado edificante: "Uno debe imaginar feliz a Sísifo", declara, por lo que aparentemente lo salva de su destino suicida.
La obra se cierra con un apéndice sobre la obra de Franz Kafka, interpretada finalmente de manera similar, en términos de un esteticismo, a su modo, esperanzador.
La peste
Su título original en francés es La Peste. Cuenta la historia de trabajadores médicos en la búsqueda de solidaridad en su trabajo mientras la ciudad argelina de Oran es barrida por una plaga. En él se pregunta una serie de cuestiones relativas a la naturaleza y destino de la condición humana, como metáforas tanto de los dilemas interiores como de la ética y política. Los personajes en el libro, que van desde médicos a vacacionistas y fugitivos, todos ayudan a mostrar los efectos que la plaga tiene en una población.
Obra fundamental de la literatura del siglo XX, publicada en 1947, con la que el autor logra el Premio de la Crítica de ese año y una gran aceptación entre el
público, vendiendo 161.000 ejemplares en dos primeros años. Es considerada un clásico del existencialismo, a pesar del rechazo de Camus a esta etiqueta.
2. ARGUMENTO
Ni siquiera el nombre, apenas el apellido (Meursault) de un hombre considerado por todos como un ser bastante extraño, indiferente a la realidad por resultarle absurda. Tranquilo en su celda, poco o nada le importaba el haber sido condenado a muerte. Todo en él es imparcialidad, todo es "me da igual" o "no sé" Todo lo asimila con total indiferencia y sin el menor atisbo de preocupaciones, le da igual acompañar a su jefe a París a la inauguración de una nueva oficina, o irse a pasar el día a la playa con unos amigos.
Mata de cuatro balazos a un árabe, bajo los efectos del sol y del calor de la playa, así nos lo cuenta el propio Meursault en un tono frió, indiferente, esta extrema frialdad la encontramos también cuando Meursault narra la noticia del fallecimiento de su propia madre, se supone que debe estar estremecido, pero lo acoge sin pesar alguno, mostrando simplemente cansancio ante la idea de que ha tenido que desplazarse a otra ciudad para asistir al entierro. No muestra amor por su madre, hasta el punto de que no sabe la edad que tenía al morir, ni qué día había fallecido realmente. Asimismo, cuenta la relación con una compañera de trabajo por la que sólo siente deseos sexuales.
3. PERSONAJES

Meursault:
La señora de Meursault:
María Cardona: El viejo Salamano:
Raymundo Sintes:

Narrador-personaje. Simboliza el individualismo pleno, consciente. Alguien incapaz de engañar y engañarse, carente de personalidad, de identidad; es decir, una persona apática, solitaria, resignada ante la vida, carente de emociones y de valores, hasta el punto de ser incapaz de distinguir el bien y el mal.
Madre de Meursault que se vio excluida del espacio social y familiar de su hijo. A partir de su muerte, se estructura la trama y los sucesos del relato.
Mujer sensual, amante de Meursault, símbolo del amor puramente material.
Hombre anciano, acompañado por un perro sarnoso, el viejo y el perro son como un mismo ser.
Un machista vividor que dice ser almacenista, pero en realidad explota a las mujeres. Es el enlace para el asesinato del árabe.
El Juez:
El periodista:

Hombre convencido que la ley humana es justa, pero a pesar de ello se sustenta en la imagen de Cristo. Se encoleriza cuando sabe que Meursault no cree en Dios.
Hombre que representa los medios masivos de comunicación sensacionalistas y maniqueos, aquellos medios que no profesan ética alguna. Busca sacar provecho de la desgracia humana.

4. ANÁLISIS
La obra, está llena de simbolismos y, por su misma intensidad dramática es corta, comienza y termina inesperadamente, no define un período de tiempo específico, podríamos ubicar la historia entre la primera y la segunda guerra mundial. Los sucesos ocurren entre Marengo y Argel, poblaciones mediterráneas situadas al norte de África.
El espacio geográfico está cargado de significación. Por ejemplo: entre Marengo y Argel hay un camino tedioso, aburridor, lleno de polvo. Tal vez, es el mismo espacio que hay entre un joven vital y una anciana acongojada y desplazada. Marengo es un pueblo trise, lleno de ancianos, Argel, en cambio, es vital, sensual y caluroso. La playa es silenciosa, demasiado calurosa, pero tranquila, hermosa, blanca y transparente; sin embargo, es en su blancura en donde corre la sangre. La muerte profana la vida en el lugar más sagrado y la playa paradisiaca de repente se llena de pelea, de crimen. En Argel Meursault anda libre, y es ahí mismo que es privado no solo de su libertad, sino también de su vida (espacio-libertad).
El tema del amor lo encontramos en la novela de varias formas: amor filial, amor sexual, amor social y amor espiritual. El amor filial es más bien un desamor, porque Meursault ha perdido los lazos afectivos hacia su madre; curiosamente, la madre también perdió la afectividad hacia su hijo. No preguntó por él en el momento de su muerte. Esto es comprensible, si tenemos en cuenta que el amor es algo que se aprende y se conquista. Meursault y María tienen un amor puramente sexual, igual que a Raymundo y su amante les une un amor carnal. El amor hedonista (sensual) es apenas una parte del amor total. El dinero convirtió a la humanidad en objeto de consumo obligándola a abandonar el romanticismo y gozar el instante. Este proceso se aceleró cuando en la segunda guerra mundial se dio a entender que el afecto entre los seres humanos había sucumbido. Después de vivir en el horror y la muerte colectiva, no queda sino la parte material, el goce de los sentidos, todos quieren ser libres, nadie quiere compromisos y para eso es preciso evitar amar espiritualmente.
El tema de la justicia se presenta como una máquina, no hay piezas desajustadas o que falten y Meursault es una pieza que desajusta el engranaje de la ley humana y aún divina. No es como los demás, en realidad Meursault es condenado no por al asesinato del árabe, sino por insensible (no se mostró acongojado en el funeral de su madre, no lloró por ella)
El tema del absurdo es la falta de unidad y de coherencia en la relación hombre-mundo. Meursault asume su papel de extraño ante el mundo, su divorcio entre él y el mundo, se mete en la concha de sí mismo para evitar la angustia. Meursault dice "Cuando era estudiante había tenido muchas ambiciones de ese género. Pero cuando debí abandonar los estudios comprendí muy rápidamente que no tenía importancia real" Abandonar los estudios es relegarse a una clase social no privilegiada.
Meursault toma la desesperanza como actitud vital, precisamente cuando no acepta la apelación, cuando observa que ya no hay posibilidad o esperanza. La muerte es ya un hecho. Más allá de la muerte no hay nada y dice al sacerdote, "morir, es morir por entero" no resta sino esperar, sin esperanza, sin angustia.

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