Adoro esos días en los que me miras de aquella manera. Como descubriéndome y, puedo leer en tu mirada que te gusta lo que ves y es entonces cuando yo, que te vengo queriendo desde hace tiempo, te quiero mucho, muchísimo más.
Es en esos días, en los que me miras de aquella manera, cuando renuevo mi imagen en el espejo y éste me habla para decirme que soy la mujer mas hermosa del mundo y entonces, sonrío porque el espejo no sabe que también soy la mas feliz.
He aprendido a no anhelar esos días en los que me miras de aquella manera para evitar caer en la rutina y porque me gusta sorprenderme al sentir, tu mirada dulce y salvaje adherida a mi piel.
Mi estrategia es conservar el recuerdo del día en que me miraste así por ultima vez.
Ese recuerdo me alimenta, me ilusiona y me contenta hasta el día en que me vuelves a descubrir.
Últimamente, lo confieso, me he vuelto adicta a mirarte. Me gusta, especialmente, verte dormir.
Yo también te descubro amor mio y mientras lo hago te pido en silencio: sigue mirándome así de aquella manera que es la misma manera en la que te miro yo.
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